lunes, 23 de marzo de 2009

Domingo... día contradictorio ¿es el fin o el comienzo? ¿llegada o preparativo?
Queremos enlazar y dominar el Domingo. Pero hay algo que se nos escapa, como agua entre los dedos. Aunque lo llenemos de actividades, aunque hagamos shopping, paseos, consumo de todo tipo y color. Aunque jueguen los diez mil equipos de todos los deportes. Aunque la tele trone de animadores de niños-que-desean-estar-en-bariloche. Pero hay algo adentro que se nos cuela los Domingos. Algo que cuando queremos dominar nos puede. Y nos agarra el bajón.

El Domingo no es ni llegada ni partida. El domingo es... Es alfa y omega. Es tiempo desnudo. Es vida nomás. Es el juego dichoso. Ese juego del que, si desertamos, no hay como completar (-nos). Juguemos, es Domingo.
Atardecer de un día laboral
el sauce tiembla con el viento
el silencio me hace un lugar
vuelvo al centro... centro sin bordes

lunes, 9 de marzo de 2009

tus ojos me revelaron el misterio,
el profundo destino que
andaba desertando