Claudio vive la paradoja del calor en agosto. Eso y las ganas de ser con mayúsculas en un tiempo que sabe precario.
Quizás Claudio sufra de esa suerte de idealismo indolente que pretende viajar sin salir de casa. Ese que termina privándolo del viaje y del hogar. O quizás Claudio esté experimentando el momento de espera, silenciosa e incierta, antes de la explosión cósmica. Como la última helada de septiembre. Como la flor sorprendida por la helada primaveral.
El caso es que es agosto y Claudio no sabe si algo nace o algo se muere en él. Claudio piensa que, en una de esas, las dos cosas están pasando al mismo tiempo. Lo que, en el fondo, es no decir nada; un no saber huérfano de conceptos. Como primavera, helada, septiembre, Claudio.
jueves, 1 de octubre de 2009
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1 comentario:
leerte y llorar. reflexionar sobre el viajar, el hogar y la espera y llorar. la necesidad del "calor" para dejar de llorar.
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