a veces me emparejo
espalda con espalda
hombro con hombro
y mido en las cabezas la altura
del que soy
con el que fui
y los miro de frente
y les estudio la cara
como para reconocerme
con la fé de que soy lo mismo
o algo muy parecido
a pesar de las apariencias
y converso
y me cuento las ideas
y ahí sí que se pone áspero
el tema de la fé / en la identidad
sobre todo cuando nos contamos los miedos
los que fui pinchando con mi
espada de cartón
y en película blanco y negro
miro divertido cómo se
desvanecen
en
el
aire
como humo negro
y entonces
asombradoyalegre
dudo que esas cabezas, esos hombros, esas panzas
sean del mismo
mientras miro en los ojos buscadores
la esperanza de lo
abierto
otra vez
y la misma sonrisa
viernes, 26 de noviembre de 2010
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