Hoy vinieron los hombres buscándome. Bajaron de una canoa haciendo ruido y se alegraron al encontrarme. Una chica se me subió arriba y me movía. Dos hombres celebraban cuando las naranjas caían golpeándoles los hombros y las espaldas.
Estuvieron un rato conversando y comiendo, comiéndome, mientras reían. Después miraron mis ramas livianas y se fueron haciendo ruido.
En este momento uno me está comiendo mientras me piensa y me recuerda sólo y en silencio acá en el monte. Y quizás no sepa que ahora que me come yo vivo en él y así pienso en él y me recuerdo en él. Quizás no sepa que me lleva a donde vaya y que así somos algo vivo y más grande. Algo que siente y escribe mientras este sol de invierno nos despierta a la danza del día.
martes, 7 de junio de 2016
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1 comentario:
si... hay infinitos momentos y caminos para mirar desde otro lado el universo que soymos.
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