miércoles, 13 de mayo de 2009

agua en el desierto


llueve frío y gris. La radio cuenta una y otra vez la historia de un mundo que no acaba de matarse. El mundo hoy es más triste. El desierto hoy es más yermo.

En el desierto hay un niño, un príncipe. El niño ya no llora; sus ojos miran y en sus retinas no hay desesperanza.

La voz del niño rompe el silencio: "Lo que embellece al desierto es que esconde un pozo en cualquier parte...".

El niño parte con el piloto, adulto él, en busca del agua.

Me asomo a la ventana, parece que la lluvia ha cesado.

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