martes, 23 de julio de 2019

hay veces que un avión se cae
hay veces en llega a destino
los especialistas dicen:
los que se caen casi no son
y nos llevan la mirada
 para el otro lado
el lado de los que llegan
a casa
sanos y casi salvos
pero hay los que se caen,
los que por desperfectos técnicos, humanos o divinos
caen en estruendos de fuego y dolor
o en suave suave espiral
hojas secas en otoño
hasta depositarse en algún lugar del mar
o en una tierra extranjera
quizás haya que mirar todos los aviones
los que llegan a casa
o a tierras extranjeras
o al mar
y mirar también a los que viajan dentro,
a los que se pierden
a los ya perdidos
a los que llegan a alguna casa
a los casi salvos
el río se nos mete dentro
a los que vivimos en las islas
se nos va metiendo dentro
si somos venidos de otros lados,
ya tenemos el río dentro,
si nacemos en estas aguas
el río nos colma de silencios
y nos vacía de palabras,
hay una sonrisa que el río enseña
y cierta rudeza en el cuerpo
una simpleza en el modo
y sobre todo una hondura en los ojos cuando
se encuentran con las aguas,
como si los ojos fueran huecos vidriados
desde los que se observan dos aguas
y afuera y adentro no tienen sentido ya
todo es afuera
todo es adentro
desde las que se observan las aguas