jueves, 27 de mayo de 2010

no sin cierta sorpresa, el niño filósofo escuchó que el gato siamés comenzó a decir:

"Cierto día el maestro Jie se cansó del mundo y, paradójicamente, salió a recorrerlo. Tan cansado estaba que dejó atrás todo y se fue descalzo, mientras su mujer dormía. El camino lo llevó por bosques y salares y desiertos y locales de comida rápida. Sus pies se acostumbraron a la intemperie y ya no necesitó zapatos, ni sobre abrasantes desiertos ni sobre el hielo azul. A lo que no se acostumbró Jie fue al fast food. Entonces se alimentó de semillas, de raíces y de pucheros recalentados que son los que mejor saben.
Cierto día de agosto, mientras tomaba el tibio sol, tuvo una iluminación, descubrió que no sabía cuál era la fuente de todos los males pero que tampoco le importaba. Entonces volvió a casa cualquier tarde a la siesta porque se había olvidado la llave de gas abierta. O así le había parecido."

4 comentarios:

Mm.. dijo...

Como Meursault, es decir, como cualquier otro.

Mm.. dijo...

puto de mierda, ahora a vos también te agarró esto de revisar los comentarios antes de publicarlos? eh!? puto de mierda!

Anónimo dijo...

Te vamos a hacer la boleta, puto

Anónimo dijo...

Sabemos cada paso que das, queda piola puto