martes, 28 de septiembre de 2010

una confesión/
de lo que soy
no estoy orgulloso
no me levanto como bandera
no me justifico
no soy un ideal de nada
ni un modelo a seguir

no me construí con esfuerzo
como siguiendo un plan maestro
no soy una voluntad férrea

soy algo que ha venido a ser
y que sigue navegando
entre lo elegido y lo irremediable
entre lo sabido y la sombra
algo que quiere
y a veces no puede
un deseo y un cuerpo
un proyecto y una forma
materia y presente

desde aquí
sin endiosarme y sin menoscabo
con la simplicidad de lo que es
me elijo
no porque no haya opción
(lo que es cierto)
sino porque estoy plantado en el espacio/
exacto
de la huella que me contiene

y se juntaron todas las bicicletas y salieron a sonreir personas por la ciudad de la furia que, ese día, estuvo más naranja


(parece que este domingo las bicis se juntan en la masa crítica)

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Entonces levantás la vista y mirás hacia el cielo y te sentís tan renovado porque está estrellado después de tanta lluvia. Y el día con todo lo del día, lo de siempre, el trabajo, la rutina y todas esas formas insatisfactorias de resolver el problema de la subsistencia material. Y estabas tan cansado, pedaleando de vuelta a casa pero levantaste la vista y sos nuevo porque el cielo está ahí, con sus estrellas que no se cansan porque no trabajan, porque están más allá, porque siempre están, iguales, impasibles, esenciales.

Pero entonces te das cuenta que es una ilusión (óptica, en primer lugar) porque las estrellas- o la luna, no están ahí, sino que vemos la luz que despidieron en algún momento, hace segundos o hace miles de años. Salís de la ilusión, como si estuvieras despertando, y pensás que eso que parece tan fijo es una suerte de caleidoscopio espacio temporal. Vos serías el punto de referencia que relaciona hechos que suceden en distintos lugares y distintos momentos. Y claro, te das cuenta que esa explicación es sólo una idea, unas palabras que pretenden agarrar y fijar esa asombrosa danza que es el cielo que está arriba tuyo. Y si el cielo que parece tan fijo está bailando ¿qué de las convenciones, del trabajo, de la rutina? Todo está bailando, como Shiva. Y te preguntás una vez más quiénes son tus autoridades, quiénes te escriben los libretos. No cuando andás en bicicleta por las noches sino cuando vas a trabajar o te angustiás por nimiedades o te vestís como hay que vestirse. Entonces te decís, una vez más, que ya va llegar, el apocalipsis, el viaje, el encuentro con vos mismo danzando al compás de las estrellas, qué sé yo, eso.

lunes, 13 de septiembre de 2010

vestime despacio que estoy apurado
hoy lo entiendo
hoy/
después de pensarlo siglos
mientras sos una nostalgia
una culpa como espina
que quiere ser pulpa
tan cerca de mí
desde hace siglos
tan ahí
tan lejos
vestime despacio/
con tu recuerdo/
que estoy apurado