domingo, 26 de julio de 2009

en el sitio exacto

No sabe si habrá sido la calidez de la comida casera, el calor del fuego o la madurez de poder decirse te quiero con los ojos, con los gestos, con las manos. El hecho es que la pasó muy bien. Al final, casi al unísono, se dijeron que se repita.
Algo así como tomar el camino más largo a casa, pensaba, dar un gran rodeo para llegar hasta aquí cerquita. Estuvieron siempre ahí, al alcance de la mano, pero hoy se encontraron otra vez, después de algunas vueltas de más.
Seguía pensando, quizás fuera una forma de la Naturaleza para asegurar la diversidad de la especie (el hecho de salir, encontrar amores lejos de la guarida), tal vez una necesidad de mortalizar a los padres (matar todo lo que oliera a ellos), también habría algo de metafísica occidental, por qué no, pensaba, esa sensación de que lo auténtico, lo real, lo verdadero, está un paso más allá, al final del camino, tras esa puerta, en ese otro lugar (o lugar otro, si quieren). Sensación hija no de una fe en la solidez de esa suerte de cielo laico sino en la conciencia de la falta de densidad de este mundo de aquí y ahora.
Pero en ese momento, no sabe por qué, y tampoco le importó averiguarlo, experimentaba la sensación de que sus huellas acogían la dimensión justa del tamaño de sus zapatos. Se encontraba a sus anchas en el sitio exacto que delimitaba su pisada.

4 comentarios:

Xime dijo...

Qué lindo sería si esa historia me correspondiera... Lo cierto es que en parte me siento identificada con algunas cosas que escribiste... un beso

Xime dijo...

ja! Hoy me siento un poco estúpida por haberme identificado con lo que escribiste... Cuánta razón tenía Sabina cuando decía "al lugar donde has sido feliz, no debieras tratar de volver"...

naio dijo...

Estimada Xime: en este rincón está habilitada para identificarse, rememorar, añorar, desidentificarse, enojarse, entristecerse y desdecirse, y ese tipo de cosas. Beso!

Xime dijo...

Sí, Naíto! Gracias!!! Es gracioso leer los comentarios que uno escribe y desescribe. Y, bue, ¿acaso no estamos hechos de contradicciones? Lo bueno es tener las agallas para hacerse cargo. Y yo me la reeee bancoooo, jajjaja. Beso!